La estructura de un curso podrá realizarse por medio de temas, unidades o módulos. Es clave que el docente determine el tiempo que insumirán en cantidad de días y de horas. Y, en ese sentido, es importante que haya coherencia entre los objetivos de aprendizaje, los contenidos, las actividades de aprendizaje virtuales y la evaluación.
1. Definir los objetivos o resultados de aprendizaje
Los objetivos o resultados de aprendizaje refieren a lo que se espera que el estudiante logre al finalizar un curso o el tema.
2. Seleccionar los contenidos y temas
Los contenidos no son un fin en sí mismo, sino que adquieren sentido cuando contribuyen al logro de los objetivos de aprendizaje.
Por tanto, es conveniente que el programa del curso se centre en los contenidos más relevantes de la asignatura, de forma tal de permitir que los estudiantes sigan profundizando en otros contenidos, a medida que los vayan necesitando.
En consecuencia, es útil distinguir entre contenidos básicos (es decir, imprescindibles) y contenidos complementarios. Por ejemplo, parte de estos últimos pueden incorporarse mediante actividades de aprendizaje autónomo, por parte del estudiante.
Es posible que dichos materiales sean elaborados por el docente (guías de aprendizaje) o que sean seleccionados de los recursos presentes en la web –como ser videos, charlas TED, entre otros–.
3. Proponer actividades de aprendizaje
En la formación virtual, las actividades tienen un inicio y un final. Los estudiantes interactúan con los contenidos, con el docente y con sus compañeros, a fin de aplicar, analizar, sintetizar o valorar información. El concepto de “actividad” implica que los estudiantes asuman un papel activo, no solamente receptivo.
Un curso virtual, sin actividades, sería simplemente una página web o una presentación de información para que la persona la lea, la visualice o escuche. No supondría reflexión, análisis o desarrollo de otras habilidades –como resolver situaciones-problema, por ejemplo–.
En resumen, todo curso virtual requiere de actividades para que haya una verdadera construcción de conocimientos por parte del estudiante.
Las actividades podrán ser individuales o grupales. Por ejemplo: visualizar videos, realizar tareas, resolver situaciones-problema, investigar sobre un tema, realizar proyectos, entre otros.
Una característica de la formación online supone que las actividades utilizan ciertas herramientas de comunicación que permiten, entre otras cuestiones, la participación en foros de discusión o debate, en conversaciones y chats interactivos, o la realización de proyectos colaborativos.
4. Definir la forma de evaluación
El fin de la evaluación es comprobar el grado en que se han logrado los objetivos o resultados de aprendizaje. Cumple la función de certificar los conocimientos o habilidades del estudiante, pero también sirve para retroalimentar al profesor y al estudiante.
Ejemplo de una Tabla de Programación
La Tabla de Programación permite a los estudiantes tener claridad sobre los temas, las actividades y las formas de evaluación que tendrán lugar en cada periodo de tiempo. Además, el docente puede indicar la fecha de entrega de los trabajos, así como las fechas de cierre para la participación en los foros de discusión.
Objetivo de aprendizaje del tema “Las TIC en la educación actual”:
Al finalizar el tema, el estudiante habrá logrado:
- Explicar los usos de las TIC en la práctica actual.
- Describir las ventajas y desventajas del uso de las TIC.
- Ejercitar el uso de herramientas.
RECUROS:
https://caes.ort.edu.uy/97981/23/como-disenar-un-curso-virtual.html
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